El tenista murciano pierde la final del ATP 500 de Río de Janeiro, lastrado por una lesión muscular. Tras ganar el primer set, perdió los dos siguientes ante Cameron Norrie.
A Carlos Alcaraz se le borró la sonrisa del rostro. En uno de los descansos del partido que disputaba contra Cameron Norrie en la Quadra Guga Kuerten, soltó la raqueta, con rabia. Después de un punto, se quitó el vendaje que el fisioterapeuta del torneo le había puesto para intentar que el bíceps de la pierna derecha no sufriera tanto. Un partido que el murciano tenía bajo control, después de adjudicarse el primer set y con un 3-0 a su favor en el segundo, se convirtió en un tormento para Carlitos. Se vio obligado a jugar con una pierna y sus manos. La derecha solo le servía para apoyar, no para correr. Y vistiéndose con la piel de un héroe, casi cojeando, con la mayor economía posible de gestos y golpes, usando la técnica que ya le ha hecho ser número 1 del mundo, en un admirable ejercicio de supervivencia, fue capaz aún así de disputarle la victoria al británico, peleando hasta el último punto. Solo el dolor derrotó a Carlos.
Al comienzo, los dos tenistas exhibieron una alta seguridad al servicio. Pero la oportunidad se le presentó a Alcaraz en el décimo juego, al resto, disponiendo de la primera bola de break. No la aprovechó. Pero el murciano siguió perseverando. Norrie ya no servía con la misma seguridad que al principio. Y primero con una dejada y luego con un golpe violento al resto dejó liquidado el primet set. Carlitos aún no había entrado en ebullición, pero el camino ya estaba trazado.
El jugador de El Palmar se vio amenazado en el comienzo de la segunda manga por Norrie, que dispuso hasta de dos bolas de break. Pero reaccionó a tiempo, y fue él quien le rompió el servicio al británico, y confirmó con su saque, con un juego en blanco. 3-0. El británico estaba contra las cuerdas. Acorralado. Y sin embargo, se levantó. Y además, se encontró con una circunstancia con que que nadie contaba y que torció el rumbo del partido: problemas musculares en el murciano, que primero fue atendido por el fisioterapeuta del torneo, y luego vendado. El set fue para Norrie.
El último capítulo era totalmente impredecible. Carlos Alcaraz, peleando contra Norrie y contra el dolor, eligió los golpes más sencillos, aquellos que le pudieran dar puntos rápidos. Y aunque vivió un momento delicado, con una ruptura de Norrie, se repuso con un juego en blanco (4-3). Así fue discurriendo el set, en una montaña rusa que parecía abocada al 'tie-break'. Pero Norrie, cansado de perder contra Carlitos, no quiso tentar a la suerte, y lo cerró haciendo uso de su servicio.
Esta fue la secuencia del partido: 5-7, 6-4 y 7-5.
Está en duda la presencia de Carlos Alcaraz en el torneo de Acapulco, que aparece como próxima cita en su calendario de la gira americana.
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